miércoles, 10 de febrero de 2010

La performance de despedida de Cesar Martinez,


Con César Martínez son ya dos los miembros fundadores de nuestra tertulia que se marcharon de regreso a sus casas. La primera fue Luz Ángela Lizarazo, que regresó a Bogotá en el verano, después de 7 u 8 años en Madrid y a la que quizá veamos en ARCO 09 si la expone la galeria Magda Belloti y/o la galería Jenni Vilá, que ella trabaja con ambas. El turno es ahora de César que se vino a Madrid a principios de la década a hacer un doctorado en artes que le resultó larguísimo, para fortuna de sus amigos y sus amigas, fascinados por su simpatia, su sentido del humor y su extraordinaria facilidad para los juegos de palabras. Durante la performance del viernes pasado en Off Limit, en pleno Lavapies, esas virtudes suyas quedaron bien expuestas. La asistencia fue multitudinaria, 100 o más ¨ gentes ¨como dice César, al igual que el resto de los mexicanos, copamos, saturamos, sobre cargamos la azotea del Off Limit: eramos tantos que la dueña temía que se desplomara, acabando con su local y de paso con la vida de la mayoria de nosotros. Y nosotras, que las mujeres tambien mueren. En medio de esa multitud, dos mesas con las siluetas del macho y de la hembra iberica recubiertas, según la invitacion, de jamón pata negra y, de hecho, por jamones menos prestigiosos y lonchas de embutidos mucho mas mesocráticos. En uno de los altísimos muros blancos de una casa vecina se proyectaba non stop un video que contraponia y entremezclaba los escudos de las bandera de México y España y delante de las mesas un micrófono de pie que César utilizó para hacer un largo discurso acerca de su estancia en España, de lo bien que lo habia pasado y lo mucho que agradecia la hospitalidad que le fue dada. Como es habitual en él mezcló los nombres de Madrid con los de Technotitlán, de Mazatlán con Málaga o de Pátzcuaro con Palencia. Muy divertido. Y en el fondo, un bello y elípitico homenaje al gran Cantinflas, aunque cuando se lo dije, me corrigió al instante: ¨ Fue a Tintán ¨ otro cómico enorme de los que hicieron época en la gran època del cine mexicano. Terminó de hablar invitandonos a entregarnos a una mas de las ceremonias antropofágicas en las que es especialista. Yo, educado largamente en la durísima lucha por el canapé de los openig madrileños, no lo dudé ni un segundo y me me lancé de inmediato sobre la mesa que tenia mas cerca, con un plato y un tenedor de plástico. E hice bien: logré cuatro o cinco lonchas de embutido, las suficientes para compartir con algunos de los que, por dudar, se habian quedado sin nada de nada. Es lo que tienen las multitudes, que son voraces.
Al rato César volvio al micrófono y ofreció nuevas vituallas, esta vez dos tartas, una de fresa y otra de chocolate, la úna recubierta con la la bandera de España y la otra con la de México, e invitó a ¨ los mexicanos a comerse la de España y a los españoles a seguir comiéndose a Mexico. Las tartas, rigurosamente dosificadas, duraron un poco más, abriendo una pausa larga, que le dió tiempo a Rivelino, otro de nuestros contertulios y que ofició esa noche de encargado de la producción, de preparar la siguiente y última performance. César la hizo en la azotea aledaña y mucho más pequeña, donde en una mesa improvisada pintó, una tras de otra, dos imagenes, La primera de un corazón y la otra al final no se bien de qué. Las pintó con un gel transparente que, cuando estallaron en cada caso tres petardos, viraron al rosado mexicano e hicieron visibles los contornos de la figura. César cerró el acto, gritando !Viva España¡ Todos le aplaudimos.
Entre la gente de la tertulia que pude ver entre la multitud cito a Tomás y Andriana, a Daniel Corchero y a Antonio Franco y Ofelia, aparte de Rivelino y el propio Cesar. Tambien vi a Ixany, una artista mexicana en Madrid, que asistirá a nuestra próxima tertulia. Y a Santi Olmo y su novia, otros de nuestros invitados. Y a José Jiménez, el actual director general de bellas artes.
En fin,que la César fue una despedida en toda la regla.
22 de septiembre de 2008

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